martes, 22 de junio de 2010

Algunos poemas publicados en Facebook

Regnum et Mulier

La reina ha perdido su corona:
la he visto llorando acomodada en las escaleras,
llora por sus joyas y por su vanidad perdida.

La reina ha perdido su corona:
se siente deshonrada y ultrajada por ser despojada de sus privilegios,
el rey no está completo, y es posible que se busque otra reina.

La reina ha perdido su belleza:
el tiempo y el tiempo la han ajustado según sus caprichos
y la han removido del palacio de las mujeres adorables.

La reina ha perdido sus ganas de vivir:
una daga se esconde tras sus vestidos
y su mano confiesa una estocada que la llevará al mundo de los muertos.



Reina de las Putas

En un palacio de adobe vives, ¡oh, gran reina!
y sobre los muros y los encajes
y los aretes y los perfumes baratos
se esconden mil historias que guardas entre tus piernas.

Nadie ha podido conocer tu historia de muchacha,
ni los viejos tiernos, ni los exploradores que te hacían gritar,
ni los billetes rosados, ni los adolescentes primerizos;
todos hemos fallado en la búsqueda de tu pasado.

Un ‘pitido’ y un suspiro
calman los corazones de los que entran por la puerta roja.
Y es que, el tabaco barato y tu mirada tan gastada
son suficiente cuchillo para cortarnos el miembro que nos llevó a tu sitio.

Los tacones altos sobresaltan tu trasero enorme,
y aunque viejo y distorsionado
logran un efecto feromónico en las miradas de tus clientes.
¿Cómo puedes lograr tal efecto?

Después de las cuatro te conviertes en María,
aquella mujer tan maternal y dulce
que todo hijo quisiera tener en casa
y que todo marido quisiera para poder engañar.

Pocos conocen tu identidad
y es que, la fachada de puta
oculta efectivamente tu rostro.

Nadie puede sospechar que debajo de un rostro mal maquillado
se esconde una mujer común que va al mercado,
hace la comida, hace los deberes y hace el amor.

Reina de las putas, o Chanté, tu francés alias de trabajo,
tu palacio se cae con el pasar de los días
y también se cae tu cuerpo y todos tus pobres encantos…

Creo que pronto, en estos días,
escucharemos cantar sirenas en las afueras de tu palacio.



Brea Bahara Bathumha

Apoya tu mano sobre el suelo,
derrama tu espeso líquido entre la madera.

Eres la brea, eres el color negro,
confiesas tu paso por la grietas del tiempo hecho de madera.

Un suspiro a través de tu nombre,
un encanto a través de tus ojos.
Y tus ojos pálidos miran hacia el vacío,
y tus ojos muertos miran hacia tu luz.

Eres el sonar de una campana a la medianoche,
nos aterras a todos con tu silente canto.

Tus cabellos se entraman en el piso,
buscando reposo luego de sostener tu cabeza.
Tus lágrimas caen tristes y desaparecen en el aire
porque si desaparecieran en la madera revivirían otra vez.

Eres el alma, eres el sol,
eres la calma, eres la lluvia.


María, ¿de los ángeles?

...eres la sombra escondida de la lujuria.

No te ven, no te veo, nadie te mira.
eres la sombra asustada que se encuentra al revés de la mesa.

Y aún así, sonríes.
Una sonrisa jodida que no la calla ni tu propia perfidia.
Te atreves a mirarme, sólida,
con un aire de pendejada y coquetería que tú solo manejas.

Y lo que no sabes es que eso enciende a los hombres.
Los hombres somos vergas andantes que escupen en todos lados.
Yo no soy un hombre, ni soy una verga, ni la tengo.
Ni me enciendes, ni me haces escupir, me das asco.
Te pareces a la última burbuja que revienta en el retrete
en cada mañana que voy al sanitario.

Imagino tu cuerpo y me pregunto dónde estás,
sí aún puteas con los mocosos y haces la de romántica.
Imagino tu discurso, algo barato,
como si fuese la disculpa ante tu seducción por tu pecado.

Y tus labios... aj, qué mierda.
¿Cuántas pollas habrás chupado antes de haberme besado?
¿O cuántas mentiras habrás dicho luego de llorarme?

Esa eres tú, la misma perra de siempre.
Eres y siempre la serás esa zorra.
Según tú, fogosa, apasionada y 'tranquila' a la vez.

A la mierda tus encantos,
eres como un forro módico que todo usan y botan cuando están aburridos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario